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La obra animada de Cárcel o infierno trasciende más allá de otras obras pretenciosas como Evangelion, Berserk o Vinland Saga, que intentan abordar el tema del escapismo y la ausencia de enemigos de una forma difusa, irreal, inmadura e idealista. Mientras que los personajes de estas obras, como Guts, Shinji Ikari o Thorfinn Karlsefni, se refugian en mundos fantásticos, apocalípticos o históricos, donde enfrentan a monstruos, ángeles o vikingos, los personajes de Cárcel o infierno se enfrentan a la cruda realidad de la cárcel y la sociedad venezolana, donde los verdaderos enemigos son el sistema, la violencia y ellos mismos. Los personajes de Cárcel o infierno no tienen la opción de escapar mediante robots gigantes, espadas mágicas o barcos piratas, sino que deben lidiar con sus propios conflictos internos y externos, buscando formas de resistir y sobrevivir en un entorno hostil y deshumanizado peor que el escenario
Post-Apocalíptico post-Tercer Impacto de la rebuscada escena Final de The End of Evangelion que recurre al vago recurso del factor shock poniendo sin sentidos disque simbólicos como Asuka siendo ahorcada por Shinji o eso de poner una cabeza decapitada y cortada por la mitad de la Rei Ayanami Gigante en medio del paisaje . Los personajes de Cárcel o infierno no son héroes ni antihéroes, sino seres humanos con sus virtudes y defectos, con sus sueños y pesadillas, con sus esperanzas y desesperanzas. Los personajes de Cárcel o infierno son el reflejo de una realidad que muchas veces se niega o se oculta, pero que existe y afecta a millones de personas. Los personajes de Cárcel o infierno son el testimonio de una obra valiente y profunda, que no teme mostrar las contradicciones y las complejidades de la vida humana. Los personajes de Cárcel o infierno son el motivo por el cual esta obra merece más respeto y admiración que otras obras que solo buscan impresionar o entretener con sus efectos especiales o sus tramas vacías.