La comunidad azteca es un poblado en el vecino estado al oeste, gente con pocos recursos que encontró un llano amplio para aplanar la tierra y levantar paredes. Hacia aquel lugar nos lleva Don Ozorio manejando un camión escolar desechado de Estados Unidos. Ese día salimos a las 5:30am desde la iglesia al centro de mi ciudad, once jóvenes del grupo de catequesis, junto a 3 catequistas y Don Ozorio en el volante. El chófer consiguió el camión muy barato en una subasta y le sacaba provecho surtiendo a su pequeña comunidad, aun que ese día íbamos por razón de caridad y esparcimiento. Por separado cada uno de nosotros había recolectado donaciones de juguetes para los niños del poblado y habíamos preparado algunas rutinas ya que algunas de las chicas del grupo animaba fiestas infantiles. Ninguno tuvo mucha oportunidad de darle importancia a las noticias que reportaban animales de comportamientos extraños y quizá fue lo mejor. No teníamos la costumbre de vivir con miedo.
─ Eh, pollo. Ya llegamos we.
Me despiertan. La verdad no supe ni como llegamos, solo tenia algunas referencias de municipios vecinos y la cordillera en el horizonte. De cualquier manera fue un viaje de menos de 4 hrs. Pasan otros 15 minutos tratando encontrar paso a la plaza de la iglesia local, la única. Descargando del camión la comida, medicinas, juguetes y lo necesario para el show ya pasaban de las 11 y moría de hambre. Nos quedamos 3 descargando el resto y los demás se dedicaron a poner las mesas.
Comemos, iniciamos el show, hacemos concursos con los niños, regalamos juguetes, hacemos teatro y la merienda.
Desde que veníamos en el autobús pude notar algunas cosas acerca del poblado: los caminos eran calles amplias como la avenida de cualquier ciudad pero solo de tierra aplanada, había algunos almacenes pero no muchas casas (ambos en mayoría hechos de madera) lo que me hizo pensar que donde llegamos era el punto de reunión de poblados mucho mas pequeños. Mis sospechas se confirmaron durante la conversación de café con Don Rafael y Don Ozorio dándonos señas y relatos del lugar. Cuando las mujeres empezaban a separarse del grupo para prepararse para dormir ambos señores hablaron de que un señor de una de las colonias (los poblados pequeños circunvecinos) le habían atacado algunas de sus gallinas hacia días y que estas noches iba a estar en vela aprovechando la luz de luna. Medio en broma, medio en serio, barajamos la hipótesis del chupacabras. Los 3 que aún teníamos energía hac
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