Lolos, esta cuckstory me sucedío ayer. Leanla y me dan consejo sobre qué hacer, porque en verdad no sé que hacer.
Todo empezó hace unos dos meses que fue cuando empezó este año escolar. Cada día cuando llega la hora del descaso después de tres horas, me voy hasta mi casa que queda a unos siete minutos desde el centro de estudio. De camino a casa siempre me encontraba a una chica sentada en la acera, sola, mirando su teléfono móvil. Desde el primer día que me llamó la atención que se sentara sola, porque no es el tipo de persona que, por su aspecto: pelirroja, delgada y de una figura física envidiable; una cara de niña, a pesar de tener no más de veinte años de edad; además lleva unas gafas que la hacen parecer muy intelectual. Pero a pesar de todo, verla sentada sola por la parte trasera del edificio, donde no se suele haber mucha gente hizo que su imagen se me grabara en la cabeza.
Con el pasar de los día, pasando por su lado, cada vez empecé a sentirme atraído por ella. Me hacía preguntas del tipo: ¿será una antisocial? ¿Qué motivos tendrá para no querer relacionarse con nadie? ¿Será que la marginan? En el fondo comencé a sentirme identificado con ella. Yo soy una persona antisocial. No me gusta relacionarme con persona. Y como todo beta que se precie, mis habilidades con las mujeres son nulas. Pasado un mes y unos cuantos ya no deseaba salir al descaso para ir a casa a comer algo. Lo que deseaba era salir para pasar por esas acera y verla a ella. En ese punto ella ya me gustaba. Lo sé porque cundo la veía no pensaba tenía pensamientos obscenas, como es costumbre en mí cuando veo a una mujer de buen ver. Tampoco dirigía mi mirada a sus parte más femeninas. En lo único en que pensaba era en poder sentarme a su lado, abrazarla y hablar con ella; preguntarle por su vida. En el fondo me preocupaba que su actitud solitaria se debiera a algún tormento que estuviera sufriendo. Pasados unos día ya me sentía obsesionado con ella.
En una ocasión decidí volver un poco más tarde de mi casa después del descaso. Desde la lejanía vi que se levantaba de la acera para entrar a clase. Así que aceleré el paso para no perderla de vista. Mi objetivo era seguirla y saber en qué clase estudiaba, y qué era lo que estudiaba.
Un día sentí la fuerte necesidad de hablarle. Pero para mi hablarle a una chica me resulta algo impensable. Sin embargo, en ese momento me gustaba tanto que encontré un valor que creía que no poseía. Ahora la cuestión
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